“Dejar ir” se dice tan fácil… pero soltar, deshacernos de las cosas o los sentimientos, desprenderse, no siempre es tan sencillo como quisiéramos; somos seres de memorias y recuerdos y estamos acostumbrados a aferrarnos a aquello que en algún momento nos hizo sentir bien.
Los seres humanos nacemos necesitando, dependemos de una madre para sobrevivir; somos entes de relaciones por lo que durante nuestra vida necesitamos de otras personas para garantizar nuestra salud física y emocional. Asimismo hemos creado cierta necesidad por los objetos y la tecnología, por ejemplo.
Practicar el desapego es el primer paso para liberarnos de los excesos que nos amarran, esto nos ayudará a apreciar e involucrarnos en las cosas de una manera más saludable y equilibrada, para esto sigue estos 5 pasos:
1. Toma conciencia del desapego. El primer paso siempre es ACEPTAR que debemos y queremos desapegarnos de alguien o de algo.
2. Aprende a ser responsable de ti mismo. La responsabilidad es un principio fundamental del desapego. Nosotros somos responsables de nuestra existencia, lo que no hagamos nosotros por nuestra persona, nadie más lo hará, de modo que evita depositar en otros tu felicidad.
3. Aprende a dar y no a recibir. Dar es un gran ejercicio para practicar el desapego, pocas cosas hay tan satisfactorias como compartir lo que uno tiene; cuando encuentras la felicidad en dar con amor y generosidad, perderás el miedo a que eso que das tal vez no regrese.
4. Vive el presente. Tendemos a cargar durante años aquellas cosas que en el pasado nos hicieron sentir mal, generando un trauma o bien, tendemos a aferrarnos a aquello que nos hizo sentir muy bien y que ya no tenemos, generando frustraciones.
5. Asume las pérdidas. Como dice el dicho “nada es para siempre” y eso es con lo que tenemos que lidiar todos los días, pues todo en la vida es temporal. La buena noticia es que esto funciona para bien y para mal: las cosas buenas van y vienen, no debemos darlas por hecho y es mejor que las disfrutemos al máximo cuando se presenten.